Conocida también como cirugía ortognática, la cirugía maxilofacial se encarga de la prevención, el cuidado y el tratamiento de las enfermedades que tienen lugar en la boca, la mandíbula, la cabeza y el cuello.
Un 10% de la población necesita someterse a una cirugía maxilofacial, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial. La cirugía oral y maxilofacial es una especialidad médica que actúa sobre las enfermedades de boca, cara y cuello derivadas de infecciones, traumatismos, tumores o malformaciones.
Es decir, la cirugía maxilofacial trata una amplia gama de problemas y es responsable de resolver enfermedades, lesiones y anomalías. Por lo tanto, sea por problemas de maloclusión, estéticos o para prevenir patologías, este tipo de intervención quirúrgica consigue grandes resultados en la mayoría de pacientes.
Los profesionales de cirugía oral proporcionan una atención coordinada e integral que asegura el bienestar y la salud de las personas en cualquier etapa del tratamiento. Y es que el papel del cirujano maxilofacial es esencial, por ejemplo, para prevenir o diagnosticar precozmente el cáncer de cabeza y cuello.
Actualmente, esta especialidad médica cuenta con grandes avances tecnológicos que mejoran su eficacia y tratamiento. La impresión en 3D y la cirugía guiada por ordenador van a impulsar, sin duda, su futuro.
¿Cuándo es necesaria la cirugía maxilofacial?
Este tipo de intervención es habitual, por ejemplo, cuando el tratamiento de ortodoncia no es una solución eficaz. Además, es una de las soluciones más resolutivas a la hora de tratar problemas funcionales y estéticos ocasionados por maloclusión; es decir, cuando las piezas dentales no encajan correctamente.
Por otro lado, muchas de las preocupaciones estéticas del rostro son consecuencia de problemas estructurales de los huesos de la cara. Cambiando la forma, el tamaño o la posición de los huesos, se puede cambiar sustancialmente el aspecto físico de una persona sin cicatrices visibles.
Pero ¿qué más puede tratar esta intervención quirúrgica?
- Tumores en la boca, la cara o el cuello
- Dientes fracturados
- Extracción dental compleja
- Extracción de quistes o tumores benignos en la cavidad oral
- Trastorno de la articulación temporomandibular
- Reconstrucción de los maxilares
¿Cómo es el posoperatorio?
Es probable que aparezca algo de sangrado nasal durante las primeras 24 horas tras la operación. Además, el paciente puede notar cierta congestión nasal, ya que en la nariz puede quedar algún coágulo que dificulte la respiración.
Después de la intervención quirúrgica, y durante unos días, es habitual también inflamación y la aparición de hematomas que, poco a poco, irán disminuyendo de forma natural y progresiva.
Asimismo, para acelerar su desinflamación y la recuperación de la sensibilidad de los músculos, se aconseja realizar sencillos ejercicios de fortalecimiento de la musculatura facial y mímica facial. Son fáciles y se pueden llevar a cabo frente a un espejo, en casa.
Y, también una vez en casa, los cirujanos recomiendan:
- Limpiar correctamente la nariz. Una buena solución es impregnar de agua oxigenada los palillos de los oídos y, muy suavemente, limpiar los orificios nasales.
- Seguir los primeros siete días una dieta líquida a base de sopas, batidos, etc.
- Evitar realizar actividad física intensa y/o deportes de contacto durante tres meses.
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