El sangrado de encías es uno de los problemas más frecuentes entre los pacientes de las clínicas dentales. Si sangran es porque se han inflamado y suele ser un indicador de algún problema bucodental.
Unas encías sanas son importantes para una buena salud bucodental. Y si están sanas ni duelen ni sangran.
El sangrado de encías es un problema más común de lo que se cree. De hecho, según un estudio de GSK, el 40% de los españoles sufre de problemas de encías. Pero, pese a que es habitual, que las encías sangren no es normal, sino que indica la presencia de una inflamación.
Por lo tanto, si una persona nota que sus encías sangran cuando se cepilla los dientes o de manera espontánea debe prestarle atención, porque puede alertar de enfermedades periodontales, por ejemplo. No hay que alarmarse, pero el sangrado de encías requiere una visita al odontólogo para ponerle fin.
Cuando se observa sangrado de encías también hay que prestar atención a otros síntomas, como unas encías hinchadas, mal aliento persistente, encías coloreadas o el inicio de un aflojamiento de los dientes.
Qué causa el sangrado de encías
La causa principal es la placa bacteriana; es decir, las bacterias que se acumulan en la boca (alrededor de la encía, entre los dientes…). Si estas bacterias se adhieren mucho tiempo en la cavidad bucal pueden provocar que las encías se irriten. Es decir, que se inflamen, se enrojezcan y acaben sangrando.
La inflamación de las encías, conocida como gingivitis, es, por lo tanto, la causa más común, y esta gingivitis también puede ser originada por enfermedades sistémicas, como la diabetes, la presencia de caries, el estrés o el embarazo y otros desequilibrios hormonales.
Aunque lo más común es que la acumulación de restos de comida entre los dientes sea la causa de la gingivitis y, en consecuencia, del sangrado de encías. La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración alerta de que la gingivitis es un problema que afecta, o afectará, al 85% de los adultos.
Si no se trata a tiempo la gingivitis puede derivar en enfermedades periodontales más graves. Así, por ejemplo, la periodontitis es una enfermedad inflamatoria que puede ocasionar la pérdida ósea alrededor de los dientes.
Además de la inflamación de las encías o gingivitis, las encías pueden sangrar debido a otras causas, como:
- Mala higiene bucal
- Un cepillado demasiado agresivo
- Una ortodoncia fija
- Factores genéticos
- La edad
- Una dieta desequilibrada
- Fundas dentales en mal estado o gastadas
- Consumo de tabaco
Cómo prevenir el sangrado de encías
La prevención del sangrado de encías es la base de una correcta higiene dental y es indispensable para evitar las enfermedades de las encías y otras patologías relacionadas con la salud bucodental.
Existen diversos buenos hábitos que evitarán que las encías se inflamen y sangren y que el dentista de confianza puede explicar en las visitas regulares.
- Cepillarse los dientes después de cada comida un mínimo de 2-3 minutos. Se aconseja realizar movimientos circulares alrededor de cada pieza y limpiar bien entre el diente y la encía.
- Reforzar la limpieza dental con hilo dental y cepillos interdentales. Con estos, se pueden limpiar aquellas zonas a las que no llegó el cepillo y eliminar mejor los restos de comida que quedan entre los dientes.
- Usar un dentífrico especialmente formulado para encías sensibles ayuda a prevenir y aliviar el sangrado ocasional. Se puede completar la limpieza con un enjuague como un colutorio una vez al día.
- Acudir una vez al año a la clínica dental. Realizarse una higiene dental profesional una vez al año permite eliminar correctamente el sarro acumulado en las piezas dentales.
- Seguir una dieta saludable en la que se eviten los alimentos azucarados y no fumar. El tabaco aumenta el riesgo de padecer enfermedades periodontales.
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