El desgaste dental afecta a gran parte de la población. No solo se trata de una cuestión estética, sino que también puede tener consecuencias para la salud. Es por eso que resulta clave saber cómo prevenirlo.
Un porcentaje alto de la población presenta desgaste dental, una condición que provoca la pérdida progresiva del esmalte. A menudo, el desgaste dental avanza de forma silenciosa. Puede empezar con una ligera sensibilidad o con cambios apenas perceptibles en la superficie de los dientes, pero con el tiempo puede comprometer tanto la estética como la funcionalidad de la boca. Identificar los primeros signos y entender por qué se produce es clave para poder actuar a tiempo y mantener una sonrisa sana durante más años.
¿Qué es el desgaste dental?
El desgaste dental es una condición odontológica que consiste en la pérdida del tejido que compone los dientes, principalmente el esmalte, aunque en ocasiones puede afectar también a la dentina. Existen diferentes tipos de desgaste según su causa, como la abrasión, la atrición, la erosión o el desgaste no funcional.
Si no se trata de manera efectiva, el desgaste dental puede afectar la apariencia de tu sonrisa. También puede alterar tu función masticatoria, provocando molestias al masticar o una mala oclusión. Además, los dientes desgastados pueden producir sensibilidad dental, pigmentación, dolores musculares y de cabeza, así como problemas en la articulación temporomandibular.

Causas del desgaste dental
No existe una única causa del desgaste dental. El origen de esta problemática puede ser desde el propio envejecimiento bucodental hasta los hábitos alimenticios y de higiene. Para poder tratar los dientes desgastados y prevenir su empeoramiento, es esencial conocer la raíz del problema.
Las principales causas incluyen:
- Envejecimiento dental: El paso del tiempo puede conllevar un desgaste natural del esmalte.
- Cepillado excesivo: Cepillar los dientes con demasiada fuerza o usar un cepillo de cerdas duras puede dañar las encías y desgastar el esmalte.
- Malos hábitos: Fumar, masticar objetos duros y otros hábitos de vida no aconsejables aumentan el riesgo de padecer desgaste dental.
- Maloclusión: Una mala alineación de los dientes hace que la estructura dental presente puntos de contacto donde no debería, provocando un mayor desgaste del esmalte.
- Bruxismo: Este hábito perjudicial es la causa principal del desgaste dental y se caracteriza por apretar los dientes de forma involuntaria, especialmente durante la noche, a causa del estrés.
- Otras patologías: Los vómitos frecuentes causados por trastornos alimenticios o la enfermedad por reflujo gastroesofágico puede acelerar la erosión dental debido a la exposición al ácido estomacal.
- Mala alimentación: No seguir una dieta saludable o abusar de los alimentos y bebidas ácidos puede debilitar tu esmalte y aumentar la aparición de manchas en los dientes.
- Medicamentos: Ciertos medicamentos también pueden causar abrasión dentaria.
- Factores ambientales: La fricción entre los dientes motivada por vivir en un clima seco o en un lugar con mucho polvo puede aumentar el riesgo de padecer desgaste dental.
¿Cómo prevenir el desgaste de tus dientes?
Existen diferentes tipos de tratamiento para el desgaste dental, aunque, como dice el refranero, más vale prevenir que curar. Si quieres evitar las molestias derivadas de tener unos dientes desgastados, sigue estos consejos:
- Programa visitas al dentista de forma regular para que pueda detectar los signos de desgaste a tiempo y recomendarte tratamientos preventivos.
- Cepilla tus dientes de forma correcta, con movimientos circulares y suaves, utilizando cepillos con cerdas medias (o cepillos eléctricos con señales de fuerza) y pastas dentífricas con protector de esmalte.
- Usa una férula de descarga por las noches para evitar el desgaste dental como consecuencia del bruxismo.
- Sigue una dieta equilibrada y rica en todos los nutrientes necesarios para tener una buena salud general y bucal.
- Evita o limita el consumo de bebidas y alimentos ácidos, como los refrescos o los cítricos. Puedes neutralizar los ácidos enjuagándote la boca con agua y esperando 30 minutos antes de cepillarte los dientes.
- No fumes, consumas alcohol ni tomes otro tipo de sustancias nocivas.
- No muerdas objetos duros, como uñas o bolígrafos.
Como has visto, existen formas de proteger tus dientes ante el desgaste. Entre las más destacadas, es importante seguir una estricta rutina de cuidado oral, tener una buena alimentación y evitar las bebidas ácidas. Pero, ante todo, es imprescindible que acudas a tu dentista de confianza de forma regular.
Dra. Olga Rabassa
Directora Clínica Dental Atlàntida