En ocasiones, al comer un helado o beber algo muy frío, notamos cierto dolor en los dientes o las encías. Esto se debe a la sensibilidad dental, que puede darse por diferentes factores, como el desgaste del esmalte o una posible caries.
Las encías se pueden ver afectadas por diferentes problemas. Uno de ellos puede ser algo tan sencillo como un mal cepillado diario, demasiado brusco, pero las encías también pueden dañarse debido a enfermedades como la periodontitis y las caries. Estas afecciones, que generan inflamación en las encías, aumentan las posibilidades de sufrir sensibilidad dental, que no es una enfermedad, pero sí una molestia para quien la padece.
Según el estudio “La sensibilidad dental” del Consejo General de Dentistas, la prevalencia de esta molestia depende, en parte, de la fuente de información. Por ejemplo, si es el paciente quien avisa de esta sensibilidad, las cifras están en torno al 35-40%. En cambio, estas se reducen al 15-20% cuando son datos que proceden de las exploraciones realizas por los dentistas.
¿Qué es la sensibilidad dental?
Si al comer alguna vez un helado o beber una bebida extremadamente fría se nota cierto dolor en los dientes, seguramente se padezca sensibilidad dental. De hecho, es uno de los primeros signos. También es común con ingredientes muy ácidos. Un consejo: no comer nada directamente del congelador. Es mejor para los dientes esperar unos minutos antes de comer ese helado, por ejemplo.
La sensibilidad dental se manifiesta así: dolor agudo, de corta duración y siempre ante determinados estímulos, como sustancias ácidas, alimentos muy calientes o muy fríos, etc.
Por eso, el verano, que es cuando más apetecen las bebidas con hielo, los granizados y los helados, es un quebradero de cabeza para muchos. Y es que entre un 25 y un 30% de la población adulta padece este tipo de dolor a lo largo de su vida, según este estudio internacional (en inglés).
Estas son las causas
Generalmente, la sensibilidad dental se produce cuando el esmalte que protege los dientes se debilita o cuando las encías se inflaman o retraen. Así, la dentina queda desprotegida y expuesta al exterior y el contacto con estos estímulos causa dolor. La dentina rodea la parte más delicada del diente, la pulpa dental, y es ahí donde se ubican las terminaciones nerviosas y los vasos sanguíneos.
El esmalte se puede dañar como consecuencia, por ejemplo, de la presencia de caries, por el paso del tiempo o por enfermedades inflamatorias de las encías; es decir, la periodontitis. Se trata de un trastorno que llega tras no tratar previamente una gingivitis y que puede ocasionar, incluso, la pérdida de piezas dentales.
La dentina también puede quedar expuesta por culpa del bruxismo, un problema que consiste en el acto involuntario e inconsciente de rechinar los dientes. Con este movimiento, se acaba desgastando el esmalte dental dejando los dientes desprotegidos.
Si sufre sensibilidad es importante acudir a la consulta de un dentista de confianza, para que revise la dentadura en profundidad y pueda descartar enfermedades u otros daños. Puede ser peligroso para la salud bucodental tener la dentina erosionada y, además, unas encías que no protegen las piezas dentales.
Claves para unas encías saludables
La hipersensibilidad dental suele presentarse entre los 18 y 40 año. Para evitar sus molestias, no se trata de olvidarse para siempre de comer un helado o beber agua muy fría, sino seguir ciertas pautas saludables e incorporarlas a nuestras rutinas.
La sensibilidad dental puede prevenirse y tratarse adoptando ciertos hábitos saludables. Estos, a su vez, ayudarán a preservar una sonrisa bonita y tener unas encías sanas:
- Mantener una buena higiene bucodental y no olvidar cepillarse los dientes después de cada comida.
- Usar cepillos de dientes de filamentos extrasuaves.
- Usar una pasta dentífrica poco abrasiva.
- Utilizar un colutorio específico para dientes sensibles.
- Consumir con moderación bebidas excesivamente frías o calientes y alimentos que dañen la dentina, como los ingredientes ácidos.
- Visitar periódicamente al odontólogo y acudir siempre que se note dolor en los dientes.
Olga Rabassa
Responsable Clínica Dental Atlàntida