Las enfermedades periodontales son originadas por una acumulación de bacterias que alteran el periodonto; es decir, la zona de los tejidos especializados como la encía o el hueso alveolar, que rodean y soportan los dientes. Si estas patologías no se tratan adecuadamente y a tiempo, pueden provocar dolor, la caída de los dientes y otras afecciones en el organismo.
Las enfermedades periodontales son crónicas y su sintomatología puede variar en una misma persona, que puede padecer desde brotes mínimos hasta la destrucción de las encías o el hueso que sujeta los dientes.
La placa oral
La principal causa de esta enfermedad es la placa microbiana, también conocida como placa oral. Si la placa en la superficie de los dientes no se elimina correctamente, y de manera regular, las bacterias se multiplican rápidamente y las encías se inflaman.
En ocasiones, esta inflamación incluso puede llegar a derivar en un sangrado de la zona. Es decir, la gingivitis y la periodontitis –las principales patologías periodontales que sufre la población– son causadas por bacterias.
La primera, la gingivitis, afecta sobre todo a encías; es decir, a los tejidos blandos. Por su parte, la periodontitis es un estado más avanzado de este tipo de enfermedades. Resumiendo, se puede afirmar que la periodontitis es consecuencia de una gingivitis que no ha sido tratada a tiempo.
El sarro: ¿qué es y qué tipos hay?
La placa microbiana puede mineralizarse y convertirse en cálculo dental, o lo que se conoce como sarro. Es la causa principal de las caries y las enfermedades periodontales. Para que la placa oral se mineralice y se transforme en sarro solamente necesita 24 horas.
Todas las superficies de los dientes pueden tener sarro, pero sobre todo las superficies de las raíces. El sarro suele ser rugoso y, por eso, permite que las bacterias se adhieran fácilmente. Es de color amarillento y para prevenir su aparición es importante seguir, de manera regular, una buena higiene oral en casa.
Existen dos tipos de sarro, según la zona en la que se ha acumulado:
- Sarro supragingival. Aparece únicamente en la superficie de los dientes y las encías.
- Sarro subgingival. Se acumula debajo de la línea de la encía, por lo que es más difícil de ver a simple vista y tiene un mayor riesgo para la salud dental.
Una vez aparece el sarro, no se puede eliminar con un cepillado dental en el hogar. Debe acudirse a un odontólogo, quien realizará una limpieza dental profesional, también llamada profilaxis. Es un procedimiento muy sencillo e indoloro que tiene como fin eliminar cualquier bacteria y sarro de los dientes, la línea de la encía y los espacios interdentales.
¿Existen factores de riesgo a la hora de desarrollar una patología periodontal?
Sí, hay ciertos hábitos que pueden acelerar la aparición de una enfermedad periodontal. Un mal estilo de vida, con mala alimentación, alta en azúcares, hace que las personas sean más susceptibles a este tipo de enfermedades.
Entre los factores de riesgo más habituales destacan:
- El tabaquismo. Afecta a la prevalencia y a la progresión de las periodontitis. Además, dificulta la cicatrización de los tejidos.
- La genética. Es uno de los motivos más usuales, y es que la genética tiene un papel importante en la susceptibilidad a estas patologías.
- Mala higiene oral. No realizar una completa –y regular– limpieza oral aumenta el riesgo de padecer patologías periodontales.
Los tratamientos más comunes
El tratamiento que hay que seguir en una patología periodontal varía en función del estado de la misma. Es decir, si la enfermedad se encuentra en un estadio inicial, habrá que eliminar las bacterias acumuladas mediante una profilaxis profesional.
Si la enfermedad periodontal está más avanzada, será necesario efectuar raspados y, en ocasiones, llevar a cabo una cirugía periodontal. La elección del mejor tratamiento vendrá avalada por el profesional médico, quien examinará cada caso particular.
Consejos de prevención
La higiene oral es indispensable para prevenir las enfermedades periodontales. Además, es importante recalcar la concienciación y educación de la sociedad en cuanto a este tipo de patologías y los problemas de salud que pueden acarrear.
Los expertos recomiendan que, después de cada comida, se cepillen bien los dientes durante mínimo 2 minutos y, además, se complemente esta limpieza con hilo dental, enjuagues bucales y cepillos interdentales. Así se refuerza la higiene bucal y se puede prevenir la aparición de sarro en los dientes. También es crucial no olvidar limpiar profundamente la lengua durante la higiene. Se puede utilizar un raspador lingual, que es muy eficaz para eliminar, de manera eficaz, las bacterias de la boca.
Directora Olga Rabassa
Clínica Dental Atlàntida