Las aftas, también llamadas úlceras bucales, son unas lesiones no contagiosas que se producen en la mucosa de la boca. En función de su gravedad, desaparecen por sí solas entre los 7 y los 14 días.
Las aftas bucales, o úlceras orales, son muy comunes y no son contagiosas. Se estima que entre un 20 y un 60% de la población, en algún momento de su vida, se ha visto afectada por este tipo de lesiones.
En la mayoría de casos, estas lesiones que se producen en la mucosa de la boca no son graves y, por lo tanto, no es necesario acudir al médico, aunque sí pueden llegar a ser muy molestas y dolorosas, sobre todo a la hora de comer o hablar. Por eso, el paciente busca paliar el dolor cuanto antes y acortar la duración de la lesión.
Aunque no son lesiones estacionales, su incidencia es mayor durante la primavera y el otoño. En verano, suelen reducirse considerablemente los brotes intensos de estas úlceras orales.
¿Cómo es un afta bucal?
A diferencia de un herpes bucal, que sí es contagioso, las úlceras bucales aparecen en los tejidos blandos de la boca o en la base de las encías. La mayoría son redondas y ovaladas y tienen un centro blanco o amarillo. Generalmente, desaparecen por sí solas en una o dos semanas, en función de su gravedad.
Las aftas bucales, popularmente llamadas llagas de la boca, aparecen tanto como lesiones únicas y aisladas como lesiones múltiples de pequeño tamaño, que pueden dar lugar a una llaga de mayor tamaño.
Causas de las aftas bucales
Pueden ser consecuencia de un diente roto, de quemarse la boca con alimentos calientes, o de morderse la mejilla o la lengua. Entre sus causas también suelen aparecer otros factores, como:
- Infecciones virales o bacterianas
- Sistema inmunitario débil
- Estrés y ansiedad
- Problemas nutricionales, como la falta de hierro o vitamina B12
- Alergias alimentarias
- Cambios hormonales
- Algunos medicamentos con ácido acetilsalicílico
Síntomas de las aftas bucales
La aparición de estas lesiones no se produce de forma súbita, sino que se dan signos fácilmente identificables. La aparición de las aftas viene precedida por una sensación de escozor, picor y/o hormigueo en la zona afectada, que evoluciona en pocas horas (entre 12 y 36 horas) a una mancha o protuberancia indurada y de color rojizo, que finalmente acaba ulcerándose.
La identificación rápida de estos síntomas es de gran utilidad, ya que permite establecer un tratamiento precoz que revierta o al menos minimice la aparición de la ulceración.
Entre los signos más comunes destacan:
- Dolor en la zona afectada
- Sensación de ardor o picor
- Dificultad para hablar o comer
- Sensibilidad al frío o al calor
- Enrojecimiento de la zona
- Inflamación de la zona
Tipos de úlceras bucales
- Aftas menores: presentan heridas con un tamaño menor a 1 cm, superficiales y poco numerosas. Tienen forma ovalada y un borde rojo. Es el tipo más frecuente.
- Aftas mayores: heridas con un tamaño mayor a 1 cm y más profundas. Representan un 10 – 15% de las aftas. A menudo, son redondas y tienen bordes definidos. Son más dolorosas y tardan en curarse.
- Aftas herpetiformes: son poco frecuentes y suelen aparecer en personas de edad más avanzada. Tienen bordes irregulares y se curan sin dejar cicatrices en una o dos semanas.
Cómo aliviar el dolor
Según las causas y la gravedad de las aftas, se recomendará un tratamiento u otro. De todas formas, el tratamiento ideal se centra, en primer lugar, en disminuir el dolor y la inflamación con estas medidas:
- Realizar un enjuague bucal con soluciones antisépticas o antiinflamatorias.
- Tomar analgésicos.
- Aplicar cremas o geles tópicos con ingredientes anestésicos o antiinflamatorios.
- Mantener una correcta higiene bucal.
- Evitar los alimentos muy picantes o ácidos, que pueden irritar la zona.
Por otro lado, el tratamiento indicado para las aftas bucales también debe favorecer el proceso de cicatrización y la regeneración de los tejidos afectados y, finalmente, prevenir posibles complicaciones y futuros brotes.
Olga Rabassa
Responsable Clínica Dental Atlàntida