Los dientes de leche o temporales suelen empezar a caerse a partir de los cinco o seis años. Cuando se cae una pieza, el diente definitivo puede tardar en salir. Es importante, cuando un diente de leche se empieza a mover, no estirarlo ni forzar su caída.
Los dientes temporales, conocidos como los dientes de leche, son aquellos que permanecen un tiempo limitado en la boca. Son los primeros dientes de los bebés y niños y son más blancos que las piezas dentales definitivas.
Por norma general, es en torno a los tres años de edad cuando un niño o niña completa su primera dentadura con los dientes de leche, aunque puede ser antes, o incluso después, porque cada menor sigue su propio desarrollo. Lo mismo sucederá con la caída de los dientes de leche.
Se calcula que a partir de los cinco y hasta los doce años de edad, los niños pasan de veinte dientes de leche a los veintiocho dientes definitivos. Habitualmente, la caída de las piezas temporales sigue el mismo orden de aparición.
Cuando se caen los dientes de leche
Cuando los niños empiezan a cambiar sus dientes de leche por las piezas definitivas, lo hacen siguiendo un orden. Aunque cada niño tiene sus tiempos, los odontopediatras sí hablan de una pauta generalizada en la caída de los dientes de leche.
Generalmente, los dientes de leche comienzan a caerse aproximadamente a los cinco o seis años de edad. En ese momento, los incisivos, que son los dientes centrales delanteros, se aflojan y suelen ser los primeros en caer. Los últimos en hacerlo son, normalmente, los molares posteriores, que suelen caerse entre los diez y los doce años.
Podemos dividir la caída en dos áreas:
- Dientes de leche inferiores. Los incisivos centrales suelen caerse hacia los cinco años y medio o los seis años de edad. Los incisivos laterales, a los seis años y medio. Los caninos y el primer molar, generalmente, se caen hacia los nueve años o diez. Finalmente, los segundos molares se caen a los once años.
- Dientes de leche superiores. En general, los incisivos centrales se caen sobre los siete años y los incisivos laterales a los siete años y medio. Los caninos se mudan a los diez u once años. Finalmente, los primeros molares se desprenden a los diez años, y los segundos molares a los once años y medio.
¿Molesta la caída de los dientes de leche?
En ocasiones, los niños y las niñas pueden notar cierta incomodidad los días previos a la caída. De todas formas, es importante que entiendan que, desde que empieza a aflojarse un diente de leche, pueden pasar varias semanas hasta que se caiga.
También hay que explicar a los niños y las niñas que, cuando ya se ha caído una pieza de leche, el diente definitivo puede tardar en salir. Se calcula que, incluso, podría llegar a tardar en aparecer unos tres meses.
Cuando una pieza dental se afloja y la caída del diente de leche es inminente, es aconsejable dejar que este proceso suceda de forma natural. Es decir, lo mejor para la salud bucodental de los menores es no estirar ni forzar la caída. Así se pueden evitar roturas del diente, heridas en las encías, incluso enfermedades por bacterias y dolor.
La importancia de cuidar los dientes de leche
Desde la erupción del primer diente de leche, aproximadamente al año de vida, es importante comenzar a practicar buenos hábitos de higiene bucal con tu hijo. Establecer una rutina y unos hábitos desde la infancia hará que, en el futuro, se pueda conservar la salud bucodental.
Cuando los dientes de leche empiezan a caerse, es indispensable reforzar esta necesaria higiene dental e insistir en hábitos saludables como estos:
- Cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día. Cuando aún son pequeños, es necesario que los adultos supervisen la limpieza y ayuden si es necesario.
- Limpiar correctamente entre los dientes todos los días. Por ejemplo, se puede usar el hilo dental y así completar correctamente la higiene.
- Priorizar una dieta saludable y limitar los alimentos y las bebidas con azúcar.
- Acudir regularmente al odontopediatra.
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