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¿Cómo se relaciona el sistema digestivo con la higiene bucodental?

La salud bucodental está totalmente relacionada con los problemas digestivos. Por ejemplo, tener una mala mordida por dientes apiñados o por falta de piezas dentales puede acabar provocando una mala digestión, gases o acidez en el estómago.

El estado de la boca repercute, sin duda, en muchos aspectos de la salud en general. Cuando hay problemas con la salud bucodental, el sistema digestivo no suele asimilar bien los alimentos y genera problemas como los gases, la acidez o las náuseas.

La vinculación entre enfermedades como la periodontitis y la diabetes o el mayor riesgo a sufrir problemas cardiovasculares son otras grandes razones para cuidar la salud bucodental.

Problemas como la disfagia –la dificultad para tragar– pueden ser debidos a enfermedades dentales que no se han tratado o dentaduras postizas en mal estado. Y algunos trastornos gastrointestinales, como los reflujos o las úlceras, pueden provocar mal aliento.

Varios estudios aseguran que enfermedades que afectan al sistema digestivo, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, pueden también tener relación con la boca.

Estas son las causas

La alteración de las bacterias beneficiosas del intestino –la microbiota– puede darse con mayor facilidad si hay problemas relacionados con los dientes o las encías. Generalmente, estas bacterias están bajo control con una buena higiene dental.

Pero cuando estas bacterias crecen fuera de control pueden ocasionar infecciones en las encías. La boca se convierte entonces en una vía de entrada de bacterias directa a la sangre.

Efectos de las enfermedades bucodentales

Una mala alineación de los dientes, conocida como maloclusión dental, no solo afecta a la apariencia de la sonrisa. Este problema está vinculado, además, con problemas de salud, y son varios los estudios científicos que corroboran que la maloclusión afecta a la respiración, a la calidad del sueño e, incluso, a la digestión.

Y es que la mala alineación de los dientes influye en la forma en la que una persona come y digiere los alimentos. Cuando los dientes no están alineados correctamente es más difícil masticar la comida, y eso puede acabar generando problemas digestivos como la acidez estomacal u otros trastornos gastrointestinales.

Esos problemas de masticación también pueden derivar en dolores estomacales, náuseas, vómitos o mal aliento. Para corregir la maloclusión dental existen diferentes opciones de tratamiento disponibles, como los brackets o los alineadores invisibles.

La maloclusión puede darse por diversos factores y, entre las causas más comunes, está la diferencia de tamaño de la mandíbula y el maxilar superior. En estos casos, se pueden dar apiñamientos de dientes o, incluso, mucho espacio entre las piezas dentales. La posición incorrecta de los dientes deriva en la imposibilidad de masticar bien y los posteriores problemas digestivos.

De todas maneras, no es conveniente tampoco masticar en exceso. Eso podría sobrecargar y dañar los músculos y erosionar los dientes a largo plazo.

Por otro lado, las personas que padecen periodontitis también pueden ver comprometida su salud digestiva. La periodontitis es la inflamación y destrucción de los tejidos que sostienen los dientes debido a una infección bacteriana. Las bacterias pueden expandirse muy fácilmente a otras partes del cuerpo.

Evitar problemas digestivos relacionados con la salud bucodental

Lo mejor siempre es la prevención, y, por eso, los expertos recomiendan llevar a cabo estos hábitos que ayudan a mejorar la digestión:

  • Mantener una buena higiene bucodental con una rutina completa y eficaz.
  • Acudir siempre a revisiones anuales con el odontólogo y siempre que haya algún síntoma o dolor.
  • Asegurar un buen aporte de fibra en la alimentación habitual para evitar el estreñimiento.
  • Incorporar en la dieta proteínas para crear enzimas digestivas.
  • Beber bastante agua, que, además, favorecerá la digestión.
  • Seguir una dieta equilibrada y saludable, donde se incluyan también probióticos, como los yogures, que favorezcan que la flora bacteriana digiera mejor los alimentos.
  • Practicar deporte o ejercicio diario y evitar el sedentarismo.

Olga Rabassa
Responsable Clínica Dental Atlàntida

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